Con la astucia de siempre la Iglesia Católica se
quiere apropiar de la interpretación de la Biblia porque saben que ésta no
tolera ninguna de sus fechorías. Sin un análisis profundo es evidente que el
sagrado Evangelio de Cristo rechaza la pedofilia, el secretismo infinito y
descarado, el homosexualismo desatado del clero, las operaciones bursátiles
grises, el celibato forzoso, el genocidio de indígenas, la canonización en vida
de Francisco Franco, la masonería blanca, el saqueo al Estado, las quemas y
torturas a herejes, el lavado de dinero y crímenes del Banco del Vaticano, la
acumulación inmoral de riquezas y propiedades, las matanzas, las intrigas
monstruosas y mil más. En la vida diaria el evangelio del Redentor es un
enemigo frontal de la Santa Sede, por eso desestiman el sentido común de los
peatones y de las otras confesiones cristianas. Una biblia cerrada es una buena
noticia para el Santo Padre. Los católicos van a la misa sin una biblia por
motivos que todos comprenden. Si un grupo sincero de católicos empieza a escudriñar
la Escritura con fervor a la vuelta de la esquina tendríamos reformadores
potentes y predicadores fogosos, y eso es intolerable. El Magisterio y la
Tradición deberían someterse de rodillas y sin chistar a la Escritura. El cristianismo
es Cristo.
Del
blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
