Los siempre inservibles teólogos de la liberación se golpean reciamente la cabeza con los ladrillos del Muro de Berlín caído y destrozado. Las diferentes versiones de la teología pagana viven extraviadas. Los comunistas asisten a su propio funeral, al fin de su deplorable existencia. La idiotez con valor agregado no es eterna, el reinado del burro arrogante es breve. La secta fue aplastada por la Historia. En ese entonces el pueblo más feliz del globo, vio caer el muro que bloqueaba todo atisbo de libertad, vio morir a esa ramera ladrona llamada comunismo. El odio y el resentimiento rojos fueron apaleados. El socialista con un poco de vergüenza no sale de paseo. Sin una pistola en la cabeza el marxismo no funciona, y con una pistola en la cabeza tampoco. Ahora los orientales hablan y caminan sin escoltas. Muchos torturadores posgraduados quedaron cesantes.
Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
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