El derecho del aborto remplaza el derecho a la vida del que está por
nacer, que tal vaya a ser un progresista de la primera línea de fuego. La
decisión meditada o desesperada de matar de la embarazada sobrepasa el legítimo
anhelo de ver el sol de ese ciudadano que reside temporalmente en el vientre de
una mujer por los designios de la biología. La luz del sol es propiedad de todos
sin discriminaciones. Hitler y Stalin y otros creyeron fundamentar
adecuadamente la matanza de millones. El nuevo cadalso en serie, sin titubeos
ni complejos ya ha ejecutado a tantos millones que nada los detiene. Ese océano
de sangre inocente es un componente sacro de la ideología que nos promete un
futuro más justo. Los degolladores deben operar dentro de la ley con el agua
bendita de la casa de gobierno. Legalizar la mortandad sin fin es el apostolado
invariable de los progresistas iluminados. Esta masacre ya blanqueada es la
puerta de entrada a otras iniciativas de calado equivalente. La cultura de la
muerte es el paradigma de los singulares defensores de los derechos del otro.
Del
blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN

No hay comentarios:
Publicar un comentario