Uno de los capitales más importante de toda
empresa es la imagen pública. De ésta se desprende la confianza. Entonces es
comprensible la decisión gerencial de la Santa Sede de utilizar sus recursos y
sus hábiles maniobras para proteger a los curas degenerados o pederastas. El Romano
Pontífice resguarda con todo su mano de obra barata, su personal. Si los miles
de pedófilos son llevados a los tribunales el desprestigio será brutal. Esa imagen
de que son santos es su mayor patrimonio. Además, pagar cientos de millones de
dólares en indemnizaciones les rompe el corazón a todos los vicarios. Los bautizados
no pueden pensar que la Madre Iglesia está involucrada en lavado de dinero,
encubrimientos, manipulaciones y crímenes por doquier. A la Virgen María le
daría un desvanecimiento. Aunque sea más falsa que dólar rosado lo más sagrado en
los presbíteros es la imagen. Por eso al papa lo visten entero de blanco, le
ponen alas y los dibujan con rostro de serafín.
Del
blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
NO SEAS CATÓLICO
twitter.com/farina_jaime
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