Por razones que no se comprenden a los
izquierdistas sinceros les cuesta mucho reconocer que Fidel Castro era un
asesino, torturador, ladrón y abusador. Era el tirano perfecto. Como en ese campo de concentración llamado Cuba no hay libertad de expresión no es viable
enumerar a cuantos ha fusilado y maltratado. Esa es una tarea de titanes. Cuando
los compañeros de lucha quieren definir las características de la dictadura de
Pinochet, por ejemplo, lo hacen con una gran precisión y argumentos sólidos. Se
explayan con desenvoltura y denuedo. Los crímenes, despotismos, homicidios y
abusos del general chileno se nombran por miles, debidamente etiquetados, a
gran velocidad, casi sin respirar ni equivocarse. En una interpelación a los crímenes
de Fidel se ponen timoratos, tartamudos y desmemoriados. Y como cual integrante
de una secta le perdonan todo al barbudo apóstol rojo. Los derechos humanos se
manipulan para criticar a los tiranos de derecha solamente. Es lo que correspondería.
El socialismo genuino fracasó en todos lados y Fidel es un náufrago más. La tarjeta
de alimentos no cubre el mes completo, eso significa que hay hambre. Y como los
periódicos de oposición no informan nada porque no existen no es posible calcular
con seriedad el nivel de hambre, miseria y opresión. Después de la visita a un
psiquiatra algunos comunistas son capaces de reconocer eventuales defectos
pequeños en el tirano de La Habana, no más. Dicen las malas lenguas que algunos
socialistas simpatizaron con Stalin.
Del
blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
