Don Rafael, un estafador
piramidal de estirpe engañó a todos los medios de televisión y a los audaces
periodistas. El aparato del Estado llegó tarde a la jugada una vez más. Cuando el
escándalo estalló en todos los medios por ser un embustero colosal, la
televisión decidió convertirlo en una estrella de rock. Al narcisista Rafael lo
persiguieron hasta Europa para tener la tan anhelada primicia. A este psicópata
le dedicaron horas y horas haciéndolo protagonista de una teleserie, de un
reality. Don Rafael no es un mal actor y enfrenta las cámaras con la serenidad
de los dementes. Más mentía más famoso se hacía. Y como está convencido de que
Chile es un país de idiotas pensó que podía traicionar a sus ambiciosos
clientes por una eternidad. Él vendía un edén a corto plazo y el desfile de
incautos compradores sorprende a cualquier campeón de ajedrez. Sin prueba
alguna habló de un cáncer inexistente y de su ridículo heroísmo en una planta
nuclear de Japón y todos escuchamos el fantástico y burlesco relato. Y como don
Rafael sigue dudando de la capacidad intelectual de nuestros líderes, se fugó a
tiempo, como un hombre libre. Si don Rafael no sale en la televisión se
deprime, por eso en su momento de gloria lo invitaron muchos pitonisos a sus
programas. Hoy es una estrella del pop algo decaído mas aparecerá en la
pantalla por un buen tiempo más. Si un patrañero empedernido necesita fama los
periodistas titulados corren a dársela. Cuidado, también hay tramposos desalmados
y de alto vuelo en la política, la religión, el fútbol y otros. Hay políticos
que sonríen y dialogan bien y obtienen una gran votación, y además son
aplaudidos y reelegidos.
Del
blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN

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