domingo, 17 de agosto de 2014

AISHA, LA FLAMANTE ESPOSA DE SEIS AÑOS DEL PROFETA MAHOMA



        Se casó con la niña Aisha cuando esta tenía seis años de edad y fornicó con ella cuando tenía nueve. El vejezuelo la esperó tres años con amor y un colaless. Los asuntos del Señor no son apresurados. El decidió que estaba lista para saltar del kindergarten al velo de novia y después de la casa de muñecas al kamasutra de un cincuentón religioso. Cuando Mahoma asaltaba caravanas y golpeaba a poetisas pensaba en su esposa impúber, cuando torturaba o asesinaba a sus enemigos, pensaba en su amada Aisha. La diferencia de edad entre ambos contrayentes es la ideal cuando se quiere fomentar el romanticismo erótico. Si bien el Enviado se casó y copuló las veces que quiso y con quien quiso, atropellando la regla del propio Corán que permite un máximo de cuatro esposas, Aisha era su favorita en el catre. Si bien tenía solo seis años de edad cuando se casó con el Profeta, era ya bastante madura y coqueta. El ungido de Alá la conquistó cantándole boleros y rancheras al oído, durante varios veranos. Antes de darle el sí, Aisha se hizo de rogar por algunos semestres, como corresponde a toda dama que se precie de tal. Obviamente en las mentes putrefactas de occidente, esta boda, inspirada desde el living del Clemente, es un bodrio. Que lamentable es que los descarriados no comprendan los esponsales entre un vejestorio del edén y una pequeñuela pía. Aunque técnicamente la fogosa luna de miel para una niña de nueve años de edad es compleja y tortuosa, ella lo asumió con altura de miras y dolorosa devoción. Los musulmanes se incomodan cuando los neófitos acusan a Mahoma de pedófilo, sádico, ladrón, asesino, megalómano, misógino, intolerante y cruel. En el profeta del Misericordioso el sexo con Aisha también era una forma de correcta yihad ¿Cuántos devotos musulmanes se han casado con menores de edad, siguiendo el modelo del adusto fundador del Islam? En Irán, Afganistán y otros, es intrincado hallar a mujeres de quince años total y libremente solteras. El ayatolá enseñaba que una hembra prepúber era la media naranja perfecta. Una mujer preciosa de cinco años de edad, no llega a los trece sin compromiso de boda. El Profeta es el modelo de conducta del rebaño, por eso es tan venerado por los admiradores fanáticos de la belleza femenina infantil. Las damas sabias ven en el Islam un manantial de ternura, equidad, paz, desarrollo emocional y sano buen humor.


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