domingo, 17 de agosto de 2014

ES PARTE DE LA FAENA

         El señor ministro del Gobierno ha robado tanto, ha aceptado tantos sobornos y raciones, que le están brotando algunos problemas de conciencia, porque jamás en su carrera política ha podido ser honesto, aunque lo ha procurado. No se le crispan los dedos de tanto rasguñar y reflexiona con serenidad sobre el más allá. Con sus ahorros, les entregó una excelente educación a sus hijos y le compra zapatos a la esposa todas las semanas, con tal de ver el encuentro de fútbol en relativo silencio. Cuando predica sobreexcitado de la probidad y de la vocación de servicio público le aparecen unos alones seráficos que sólo él ve. Tiene claro que debe aprovechar al máximo su período como funcionario de confianza del Presidente. Los lloriqueos posteriores y arrepentimientos por no avivarse a tiempo no sirven de nada y los propios correligionarios le dan la espalda al gil que aspiró a ser recto. Ahora o nunca, es la consigna eminente de los ungidos.



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