domingo, 17 de agosto de 2014

LOS AGRACIADOS CON EL DIVORCIO DE SAN PEDRO

   Después de doce años de legítimo matrimonio por la parroquia y con dos hijos bautizados, un obispo decidió, a petición del proclamado clan Kennedy, seguramente, que la boda de Joseph Kennedy y Sheila no era válida. Joseph, el sobrino de JFK, fue bendecido con el sacramento del divorcio por parte del dúctil Vaticano, como otros privilegiados. Son muchos los llamados, mas pocos los escogidos. Las premiadas manipulaciones eclesiásticas cumplieron con su cometido, con una pericia que ni los ajedrecistas ponen en duda. ¿Para el Romano pontífice los hijos de Joseph y Sheila son legítimos? Para el bautizado indigente es más fácil secuestrar un rinoceronte que invalidar su sagrado vínculo. ¿En cuántos poblados no hay tribunales diocesanos? ¿Por qué USA es galardonada con un alto porcentaje de divorcios?,¿por su situación económica? Algunos separados civilmente, logran comulgar reservadamente, a través de un sacerdote amigo piadoso. El católico que no le miente con destreza al tribunal no accederá a la gracia papal de la anulación. Si era inválida la boda, ¿por qué Joseph no se casó otra vez con la misma Sheila, entonces, que sería lo ético? ¿o sólo pretendía, como tantos, deshacerse de su esposa, con la venia del vicario? Otros no se separan por temor al infierno y se conforman con lo que les tocó. Otros no se divorcian porque es costoso y prefieren mantener la fe o ver el matrimonio como una penitencia del destino. Los obispos son buenos gerentes.


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