Me concentraré en el aspecto positivo de esta
tragedia. Bueno, si persiste el consumo de drogas y lascivia aumentarán las
consultas y mis ingresos pecuniarios. Por mientras el altanero y patoso
Gobierno nacional siga pensando que la drogadicción es solo un complejo
problema social, mi bolsillo se alegrará y seremos enraizados en los altares
por esa impotencia sin luces y generalizada. Cuando el mentecato con jinetas
capte la dimensión espiritual del vicio, la violencia y la pornografía, muchos
colegas y mercaderes del dolor engrosarán la fila de los cesantes, botando
espumarajos por la boca, y el país se habrá ahorrado billones de dólares, horas
y lágrimas, clausurándose esos túneles sin salida, por medio de la sensatez.
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