Hitler, Mussolini y Franco, fueron los grandes
defensores de la fe católica del siglo veinte conformando una santa trinidad
venerada por los vicarios. Los Tres se bautizaron en pilas esclarecidas y se
codeaban con cuanto obispo y cardenal con alas habitaba en Europa. Los Tres
firmaron concordatos beatos con el Vaticano recepcionando de éste las más ricas
bendiciones, con aureolas. El votante católico le dio la mayoría al
sacramentado Hitler, Mussolini era un católico modelo y modelador y Franco y su
gobierno fueron reconocidos por la luz del papado. Esta santa trinidad vive y
reina, desde el patriarca Constantino.
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